miércoles, 23 de marzo de 2016

AGENTE CONTRAINTELIGENTE (The brothers Grimsby, 2016) - **1/2

Chavs salvando el mundo



La idea de un James Bond de andar por casa, con pocas luces y dado a cometer un error tras otro no es nada nueva: Austin Powers, Johny English o mil y un “compañero de aventuras del bueno”, alguien que se ve arrastrado por las circunstancias en medio de una misión enorme. La diferencia de  “Agente contrainteligente” (traducción rocambolesca de “Los hermanos Grimsby”) es que ésta lleva el sello de Sacha Baron Cohen y eso ya significa algo.

Es curiosa la historia del cómico inglés que ha creado personajes tan fuertes y delimitados como Ali G, Borat, Brüno y en menor medida su dictador, película anterior a la que nos acecha y que ya ofreció cierta dosis de agotamiento de su premisa. Exceptuando “Borat” (verdadero canto del cisne del autor) en su diseño de personajes es dónde nacen y mueren sus planteamientos, crea grandes personalidades y los termina agotando en repetir las mismas superficialidades y bromas. 

En su última película, la premisa de la cinta parte de una crítica a la “sociedad trabajadora inglesa”, o mejor dicho la no trabajadora, la que llena programas como Benefit Street o se sienta a diario en el show de Jeremy Kyle a descubrir tests de paternidad o si se han engañado mutuamente en la máquina de la verdad. Los denominados “Chavs” (algo así como los chonis españoles) gente que gusta de no trabajar y vivir de subvenciones del estado por sus numerosos hijos, su incapacidad para encontrar empleo (que ni siquiera buscan), que visten chanclas y calcetines y que se dedican básicamente a ocupar espacio viendo el fútbol en el pub local de barrios marginales de las grandes ciudades. En la cinta es la ciudad de Grimsby, elegida por varias publicaciones como el peor lugar para vivir en Reino Unido.

Creando un estereotipo de Chav separado de su hermano de pequeño al que echa tanto de menos que mantiene su habitación intacta desde que se separaron y ahora es un agente de inteligencia británica con el que se ve inmerso en una película de espías a lo James Bond donde el argumento no es más que una excusa para desarrollar un gag tras otro, todo con un barniz de sal gorda que hace que algunos den en la diana y otros sean una repetición tras otra. Bromas de carácter sexual y nada sutil en general, con un par de aciertos en crítica a la cultura chav pero escondida entre bromas groseras y chabacanas.

Es una de esas películas que es a duras penas es una película ya que nada sigue una lógica, sino que es una mera excusa para introducir más bromas y algunos personajes solo están ahí para ofrecer el chiste (el personaje de Gabourey Sidibe no es ni siquiera un personaje).  

Todo ello bajo la batuta de Louis Leterrier (“El increíble hulk”, “Furia de Titanes” y “Ahora… me ves”) que parece empeñado en introducir una cinta de acción como puede en la comedia y no termina nunca de encontrar el equilibrio para poner a Baron Cohen a merced de la historia y no al revés.

Respecto a la aportación española, Penélope Cruz al menos sostiene su personaje con dignidad entre mucho descontrol (me refiero a que por lo menos no ha sido utilizada para una broma del tipo Gaboury Sidibe).

En resumen “Agente Contrainteligente” es probablemente la peor película de personajes de Sacha Baron Cohen y un caos de humor escatológico pero que sin embargo puede funcionar bien en un determinado público concreto. A los que busquen algo más, hay poco más que rascar que una película entretenida con un par de chistes acertados que llegan hasta a incorporar a Donald Trump y Daniel Radcliffe pero un conjunto en términos generales ineficaz. Una pena.

Lo mejor: Las críticas a la cultura Chav
Lo peor: Algunos chistes alargados hasta el aburrimiento (los elefantes)


Valoración: 5/10

martes, 22 de marzo de 2016

CRÍTICA DE TV - LOVE (8'5/10)

“No sé para qué me lo tomo tan en serio, dicen que las mamadas son como antes enrollarse”



Netflix está optando por series con un foco muy personalizado y estudiado, con unos targets de público muy concretos para conseguir posicionarse en prácticamente todos los mercados. Cierto que han apostado por grandes series de calidad imanes para los premios como "House of Cards" o "Narcos", pero también series y productos que buscan un target muy específico de mercado como fue “Frankie and Grace” o la que nos ocupa “Love”.

Y es que Love, producida por Judd Appatow, es muy similar a lo que fue "Girls" (mismo productor), pero todavía bebiendo mucho más del cine independiente y creada muy específicamente para un grupo de millenials, de jóvenes buscando el amor del siglo XXI entre relaciones cada vez más líquidas y de afrontar la madurez en la nueva generación por parte de unos personajes que representan al completo esa cara de la juventud, apática, egoísta, adicta a la tecnología, crecida entre algodones e incapaces de asumir responsabilidades. ¿La voz de una generación como decía Lena Dunham en Girls?

No. Pero sí reflejando una realidad que el cine con sus esquemas de “comedias románticas de dos estrellas y media” ya no representan en versión mainstream: la realidad y con personajes reconocibles. Incluso en “Y de repente tú” (Trainwreck, también de Appatow) la cosa se terminaba convirtiendo en típica y funcional tras un arranque suficientemente centrado en la realidad.

El argumento de “Love” cuenta la historia de Mickey y Gus y nos los muestran tratando de recuperarse de dos rupturas que los han dejado sin rumbo. Y de repente tropiezan en la vida y tratan de poner un pie detrás de otro apoyándose inconscientemente el uno en el otro.

Love se circunscribe en esa especie de productos hipsters y modernos y es en su estilo pausado, en su formato río (como una película larga troceada) y en su cercanía a la realidad de quejica “loser” donde encuentra su verdadera autoría y voz. Entre sus principales temas no son únicamente los amorosos sino que principalmente es el paso del tiempo a la madurez, ahora más tardía para todos y con los problemas de encontrar estabilidad y aceptar las responsabilidades.

sábado, 5 de marzo de 2016

¡Ave, César! (Hail, Caesar!, 2015) - **

Los que van al cine a dormir te saludan







Cuando veo algunas películas de los Coen tengo un cierto resquemor de no saber si no entiendo lo que estoy viendo o directamente no me gusta y no me parece bueno. Y no me refiero a grandes peliculones incontestables como “El gran Lebowsky”, “No es país para viejos” o “Fargo”. 
No. 
Me refiero a sus obras “menores”, totalmente intrascendentes para mí como “Quemar después de leer” o “Un tipo serio”, películas a las que le veo el por qué, una historia verdaderamente jugosa y con potencial, con momentos brillantes pero con una sensación general de no entretenimiento durante su visionado. 
Me explico, son películas que disfrutas mucho más pensando y escribiendo sobre ellas que realmente viéndolas. Con eso dicho, nunca podemos considerarlas como “malas”, porque la calidad está ahí, pero sí como fallidas. En ese grupo englobo “¡Ave, César!” su última obra ahora en nuestras pantallas que la podemos considerar como aceptable entre las “menores”.

La película gira en torno a la figura de un ficcionado Eddie Mannix, interpretado por Josh Brolin, un “arregla cosas” en los años dorados de los estudios de Hollywood. Y es ahí, en medio del rodaje de una grandísima super producción de los años 50 en torno a un soldado romano en los tiempos de Cristo cuando la película arranca con el secuestro de la super estrella y las tareas de este personaje por tratar de encontrarle mientras trata el día a día de las estrellas de los años 50.

Y el planteamiento es donde toda la película brilla como una de las grandes, con números “homenaje” al cine de los 50 (westerns, musicales, melodramas, dramas épicos…) y unas historias cruzadas con un buen planteamiento: desde una diva sureña soltera y embarazada pero que arrasa en el cine por su imagen cándida y de niña buena (genial Scarlett Johansson), el de trasladar a un artista de los westerns al drama y lidiar con director y actor hasta los tejemanejes a mantener con la prensa, la religión y hasta la política en un escenario al borde de la caza de brujas comunistas. Y todo ello en un tono ligero, de comedia absurda marca de la casa, pero cuidado, no es una comedia al uso.

Súmale un reparto más que excepcional encabezado por George Clooney, Tilda Swinton, Channing Tatum, Jonah Hill, Frances McDormand o los ya mencionados Brolin y Johansson.

¿Entonces qué falla?
Pues que los Coen se han olvidado que están haciendo una película para ser vista y hay tres factores clave que no funcionan. El primero es el del ritmo y entretenimiento, ninguna escena construye a otra, no hay momento, suspense o fascinación por ver qué va a suceder. Hay una escena tras otra, unas geniales y otras… otras que nos llevan al punto dos. Hay muchos chistes que sólo funcionan una vez, y se repiten una y otra vez (como las gemelas Swinton) y otros simplemente no tienen gracia (todo el segmento Jonah Hill). Y el tercero y más importante es que las historian no tienen ningún desarrollo: empiezan y terminan sin ningún conflicto o prácticamente interés.

Mientras el metraje va avanzando, siempre estás con una sensación vacía de no saber qué te quieren contar y más importante si tienes interés en saber qué va a suceder por esos personajes e historias, y cuando algo así funciona, ya puedes tener el mejor elenco de actores o una crítica subyacente, si no me interesa lo que sucede en pantalla y no me mantienes el interés por ninguna de las historias hasta el punto de olvidarme bastante a menudo de ellas. 

En resumen, estamos ante una buena película (sobre todo para los estándares actuales) pero fallida por tantos lugares (guión principalmente, falta cohesión y conjunto) que se queda en un conjunto descafeinado y poco interesante. Y es una pena, porque con mayor cohesión y presencia de las historias estarían ante una de las mejores películas de los Coen, pero como a uno le toca juzgar lo que hay y no lo que le hubiese querido que hubiera, nos toca pasar página, mandar a los Coen a rezar 5 Ave Marías y esperar a que la próxima sea más redonda. Una pena.

Lo mejor:  Los números homenajes de Johansson y Tatum
Lo peor: El guión poco desarrollado
Valoración: 4/10